Comentario
En su primera etapa, Vermeer trabaja en un estilo diferente y en una temática alejada de la que le va a caracterizar, aproximándose a la pintura italiana. Empleará un lenguaje italianizante, habitual de un pintor de historias, lo que ha llevado a considerar a algunos especialistas que el pintor holandés conoció de cerca la pintura italiana, bien a través de un viaje o a través de la contemplación de obras italianas en las ciudades cercanas a Delft. Las dos primeras obras del catálogo del artista son Cristo en casa de Marta y María y Diana y sus compañeras, temas habituales en la pintura holandesa de la época, con referencias concretas en Erasmus Quellinus, Jan Steen o Jacob van Loo. Sin embargo, los trabajos de Vermeer son más compactos, menos descriptivos, menos retóricos pero más monumentales al mismo tiempo. Las referencias a la escuela de Utrecht, a Caravaggio, Giorgione, Tiziano o Veronés están presentes en esta etapa, aunque no disponemos de datos que aseguren el conocimiento de las pinturas de estos artistas por parte del maestro holandés.
En La alcahueta (1656) observamos un estilo diferente a las dos obras anteriores, incluyéndose el tema en la pintura de género holandesa. No debemos olvidar que en casa de Vermeer se encontraba una pintura con el mismo tema realizada por Dirck van Baburen, pintura que Vermeer reprodujo en tres de sus obras. En cualquier caso, las diferencias entre ambos artistas son ilustrativas, apareciendo en La alcahueta algunas notas que caracterizan el estilo posterior de Vermeer.
Estas notas mas vermeerianas las encontramos también en Joven dormida, obra considerada de transición. En ella destaca especialmente la privacidad en la que se desarrolla la escena, una de las características más significativas del Vermeer maduro.